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Primeros 50 años de una larga amistad

2022-02-15PorLUCASCANDlA

今日中国·西班牙文版 2022年2期

Por LUCAS CANDlA

El intercambio comercial entre Argentina y China ha crecido a pasos agigantados

CUANDO el 19 de febrero de 1972,la República Argentina y la República Popular China establecieron relaciones diplomáticas,el mundo era en algunos aspectos bastante diferente al actual.El disquete de computadora–con la entonces revolucionaria capacidad de almacenamiento de 80 kilobytes– aún no se conocía,el teléfono celular era una fantasía de ciencia ficción y muchas de las actividades productivas que hoy son fundamentales para nuestra vida aún no existían siquiera como concepto.Sin embargo,la relación de amistad y cooperación mutuamente beneficiosa que iniciaron en ese momento la Argentina y la República Popular China no solo ha permanecido constante desde entonces,sino que se ha vuelto cada vez mejor,al igual que se asienta un buen vino malbec argentino o un té chino puerh.

Lucas Candia,consejero económico y comercial de la Embajada de Argentina en China.Foto cortesía del autor

Como recitaba Zhang Jiuling,famoso poeta de la dinastía Tang,los amigos entrañables hacen que la distancia desaparezca.Personalmente,creo que estos fructíferos años de relaciones han sido,entre otras razones,causa y consecuencia del mayor conocimiento y entendimiento mutuo entre ambas naciones,y estoy convencido de que mientras más y mejor se conozcan y relacionen nuestros pueblos,mayores serán los beneficios mutuos que generará la relación.

Cambios y continuidades

En términos de balanza comercial,el intercambio de bienes y servicios entre China y la Argentina ha crecido a pasos agigantados en los últimos 50 años.En 1992,después de 20 años de relaciones diplomáticas,China importaba de Argentina bienes por 200 millones de dólares y exportaba en sentido contrario por 124 millones de dólares.Esto implicaba que China era el destino del 0,25 % de las exportaciones argentinas en ese momento,mientras que la Argentina importaba el 0,15 % de las exportaciones chinas.Sin embargo,la realidad actual es muy diferente,con la Argentina exportando a China en 2020 bienes por cerca de 5244 millones de dólares,e importando de China aproximadamente 8656 millones de dólares.Es decir,en menos de 30 años el intercambio comercial se multiplicó casi 43 veces.

29 de noviembre de 2018.Transeúntes argentinos pasan por una sucursal del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) en Buenos Aires,capital de Argentina. Xinhua

A su vez,las relaciones económicas entre China y Argentina poseen ciertas características particulares que las hacen especiales.Siendo ambos países en desarrollo,con un importante componente agroindustrial en su sistema productivo y con industrias tecnológicas sumamente competitivas,a pesar de las diferencias culturales o de escala,nuestros países comparten una visión conjunta desde el sur global que se ha materializado en iniciativas de mutuo beneficio como la Asociación Estratégica Integral,la Comisión Binacional Permanente y el Diálogo Estratégico para la Cooperación y la Coordinación Económica.

En tal sentido,nuestro comercio bilateral se caracteriza por ser intersectorial,suministrándonos mutuamente alimentos e insumos para la producción y,de esta manera,apoyando los esfuerzos de cada uno de nuestros pueblos por generar sociedades prósperas.

Actualmente,los consumidores chinos suelen asociar a la Argentina con productos agroalimentarios de gran calidad,como pueden ser la carne bovina,los productos de mar,o incluso el vino.Es comprensible,ya que estos son algunos de los principales productos que tradicionalmente la Argentina exporta a nivel global;sin embargo,en la actualidad existe una amplia gama de intercambios con China que van más allá de ello.

En adición a estos productos característicos,la Argentina posee una amplia gama de empresas tecnológicas y de servicios especializados,nutridas de recursos humanos altamente capacitados gracias al sólido sistema educativo nacional y con una gran capacidad creativa y de adaptación,elementos sumamente necesarios para abordar los desafíos actuales.En este sentido,actualmente ya existe una gran variedad de empresas argentinas que mantienen fluidos intercambios comerciales con China en sectores tales como tecnología satelital,agricultura de precisión,desarrollo desoftwaresespecializados,servicios informáticos,herramientas para el desarrollo sustentable,producción cultural,prospección,robótica,tecnología aeroespacial,industria nuclear,energías alternativas,entre otros.Como consecuencia de estas interacciones,existe un creciente interés de las empresas argentinas en aumentar su participación en China,como lo demuestra la cada vez mayor presencia de empresas nacionales en ferias y rondas de negocios con China,pudiendo poner como ejemplo reciente las más de 120 empresas argentinas que participaron de la última edición de la Feria Internacional de Comercio de Servicios de China (CIFTIS,siglas en inglés).

3 de noviembre de 2018.El sitio de construcción de la Central Hidroeléctrica Néstor Kirchner-Jorge Cepernic en la provincia de Santa Cruz,en la región de la Patagonia,al sur de Argentina.El proyecto es llevado adelante por la empresa china Gezhouba Group Corporation y firmas argentinas.Xinhua

Asimismo,la misma geografía y tecnología agrícola que dan una calidad superior a la carne argentina ofrecen también otros alimentos idénticamente superlativos,a los cuales los paladares argentinos están acostumbrados,y los chinos cada vez más.Productos lácteos como quesos,yogures,cremas o la leche misma son cada vez más habituales en la dieta del pueblo chino,y aquí los productos argentinos tienen mucho que aportar,no solo por contar con estrictos controles que garantizan su calidad y sanidad,sino también por su gran sabor y perfil nutritivo.

A su vez,el vino argentino,que ya ha enamorado a miles de consumidores en China,tiene aún mucho potencial.China es actualmente uno de los cuatro mayores importadores de vino a nivel mundial,resultado del creciente interés del pueblo chino por la vitivinicultura y de su cada vez mayor poder adquisitivo.En este contexto,el vino argentino,con el Malbec como cepa insignia,es cada vez más apreciado en China (siendo el 9.° destino de este producto argentino) gracias a su calidad reconocida a nivel mundial.Es esperable que en los próximos años esta tendencia se acentúe,en la medida que se difundan aún más las cualidades y virtudes de nuestros vinos,así como su relación con los maravillosos paisajes argentinos.

Son estos mismos paisajes,como el inmenso glaciar Perito Moreno,las imponentes cataratas del Iguazú,la omnipresente Cordillera o las eternas pampas,valles y sierras,los que han atraído a cientos de miles de turistas chinos en los últimos 50 años.Aún en estos tiempos tan particulares,los altos porcentajes de vacunación tanto en China como Argentina,y las políticas sanitarias llevadas a cabo por ambos Gobiernos para reducir los efectos de la pandemia,nos permiten pensar en una pronta normalización y fortalecimiento del turismo entre nuestros países.La Argentina hace años viene trabajando para ello,sumando a sus atractivos naturales cada vez más prestadores de servicios especializados en los gustos e intereses de los turistas chinos.En este marco,iniciativas como el reciente acuerdo de cooperación con la empresa Ctrip–la plataforma de turismo más importante de China,con 400 millones de usuarios activos–sin duda permitirán potenciar el turismo entre ambos países.

El trayecto recorrido y el camino por andar

He intentado contener en algunas pocas palabras la solidez y efervescencia de los vínculos económicos entre Argentina y China;sin embargo,no hay dato,gráfico o foto que alcance a capturar por completo el potencial que nuestros países poseen para generar aún más beneficios de su relación económica.No obstante,si algo han dejado claro estos 50 años de relaciones es que la complementariedad entre ambas economías,las visiones compartidas y las capacidades de cada uno de nuestros países tienen aún mucho para ofrecer.Para poder materializar este deseo de prosperidad compartida,será clave no solo incrementar las capacidades productivas y los flujos comerciales,sino también conocernos más y mejor.Confío plenamente en el interés del pueblo argentino y el pueblo chino en que así sea,y no tengo dudas de que los próximos 50 años de relaciones nos encontrarán más unidos y desarrollados.